Todos hemos visto alguna película de terror que nos ha dejado una sensación inquietante o ha aumentado nuestras fobias. Sin embargo, con «El Último Conjuro», lo único que sentí fue incomodidad, y no por los elementos de terror, sino por la forma en que se manejaron las situaciones y la trama en general. Los personajes son muy opacos y la historia no termina de construirse. Hoy les hablaré sobre esta película y cómo intenta retomar el j-terror solo para acabar sepultándolo.
Sinopsis
Hiroko, una reportera de televisión, visita la casa de su antiguo compañero Naoto tras el fallecimiento de su esposa. A partir de entonces, comienzan a suceder fenómenos inexplicables que ponen en peligro la vida de Hiroko. El director de «The Ring» regresa con una historia de fantasmas y maldiciones.
Trama
Empecemos por la trama: una historia demasiado usada. Una familia tradicional, aparentemente feliz, sufre un accidente trágico en el que la madre muere y, por alguna razón mística, el hijo resucita. Los personajes principales son Naoto, el padre; Haruto, el niño sobreviviente; Hiroko, una amiga y excompañera de trabajo de Naoto; y Miyuki, quien fallece y cuya alma no puede trascender.
La película muestra cómo Miyuki atormenta a Hiroko desde que estaba viva hasta después de su muerte, impulsada por los celos hacia Hiroko, quien estaba enamorada en secreto de Naoto. Hiroko intenta deshacerse de este problema de cualquier forma, conociendo a un monje que, aunque sabe sobre temas sobrenaturales, pierde la seriedad debido a su presentación y acciones. Su aparición es efímera y su muerte, junto con la de su asistente, es muy burda, justificando apenas una posible solución al problema principal. Gracias a un amigo de Hiroko, llegan a un orfanato donde se enteran del pasado de Miyuki: cómo su madre fue parte de una secta, su fallecimiento en un incendio, y que Miyuki poseía dones fuera de lo común.
Clímax y Desenlace
Después de descubrir todo el contexto, Hiroko y su amigo regresan a casa para pensar en cómo solucionar el problema. Aquí entra en acción la amiga de Hiroko, poseída por Miyuki, quien trata de matarla. Su amigo la salva y Hiroko va a la casa de Naoto para dar cierre a todo. Al llegar, Naoto, quien ya sabía que Miyuki estaba resucitando de algún modo desconocido, recibe a Hiroko. Ella le explica sobre el pasado de su esposa y, en un momento en que decidían matar o detener el proceso de resucitación de Miyuki, esta sale para cumplir su objetivo de matar a la mujer que osa rondar la órbita de Naoto.
Se muestra una persecución digna de una escena de película de zombies, con efectos que pareciera que Miyuki se comió una lightstick. Momentos de supuesto suspenso y terror que no logran su cometido, y la forma en que se libran del primer enfrentamiento es simplemente absurda.
Volviendo al jardín, se dan cuenta de que Haruto es quien orquestaba todo. Desde la muerte de Miyuki, él empezó a atormentar a Hiroko con llamadas e incidentes, y las muertes de personajes como el monje o su asistente. Todo esto para que el niño volara y lo aniquilara un rayo. El niño y su creación de Miyuki se desvanecen en un fuego que parece que se les acabó el gas, terminando el conflicto. Para rematar, el final es ambiguo, dejando un guiño para una posible segunda parte que nadie pedirá, y si la piden, que lleve piña.
Personajes
Estos personajes no logran convivir en el mismo plano. Desde el inicio, los flashbacks no se sienten orgánicos; el espectador se da cuenta de que es un recuerdo cuando ciertos elementos no son de la trama actual. La presentación del espectro de Miyuki al principio podría generar expectativas de miedo, pero los momentos en que aparece y el manejo de los efectos visuales lo perjudican bastante.
Hiroko es un personaje cuyas actitudes son justificables por la situación que vive, pero no termina de convencer al 100%; el miedo que se supone debería expresar se siente fingido.
Miyuki cumple medianamente su papel tipo Yandere, siendo amorosa con su familia e hijo, pero su actitud cambia de golpe ante cualquier mujer cercana a Naoto. Sin embargo, como espíritu, su interpretación flaquea bastante.
Naoto y Haruto son los que más se centran en sus papeles de esposo e hijo que pierden a Miyuki, ambos cayendo en una depresión. Haruto, al final, toma conciencia de los poderes que posee, revelando al espectador su plan.
«El Último Conjuro» es la muestra perfecta de cómo no dirigir una cinta. Usa un concepto que ya tuvo su auge hace más de diez años y ahora es predecible y trillado. Con tanto material disponible y avances en el género, uno esperaría algo fresco o al menos bien ejecutado. Hideo Nakata intentó traer de vuelta un concepto que en su momento le ganó fama mundial con películas como «El Aro» o «Dark Water», pero «El Último Conjuro» no pudo emular lo logrado en sus films de renombre. La película tiene ligeros toques de suspenso, pero el terror brilla por su ausencia, hasta el punto de parecer una parodia del género de terror.